En el libro 20.000 leguas de viaje submarino, se relata que el Nautilus golpeó un objeto. Un personaje de la historia se refería al evento como un “accidente”, mientras que el Capitán Nemo lo llamaba “incidente”. El personaje, contrariado por la manera de describir el choque, se lo señala a Nemo y este le responde algo así como: “Los accidentes pueden frenar lo que estás haciendo en la vida, frenarla por completo, mientras que los incidentes pueden nutrir tus experiencias y hacerte tomar mejores decisiones”. En la práctica, no sé si los 2 conceptos deban entenderse así, pero el relato nos enseña una lección valiosa de algo que acaba de suceder con VEX.

Desde la puesta en marcha de VEX Venezuela Exchange a principios de noviembre de 2020, la dinámica del Petro tuvo un antes y un después. Ha sido emocionante ver cómo el valor del criptoactivo fue aumentando día a día, alcanzando en un par de semanas una cotización que en varios años las Casas de Cambio Autorizadas no fueron capaces de lograr.

Durante este período hasta hace unos días, era posible acceder a la plataforma desde fuera de la frontera venezolana; sin embargo, hasta la fecha ya no es posible hacerlo. No tengo los pormenores detrás de esta decisión, solo puedo hablar de las oportunidades que se están pasando por alto a raíz de esta reciente limitación.

El Petro es dinero y es muy valioso, eso es algo que muchos de sus entusiastas sabemos con seguridad, o por lo menos lo percibimos; el que las autoridades provean herramientas para su usabilidad y facilitar las transacciones, ha sido una de las mejores estrategias (que está por encima del acto de imponer, eso no convence, crea un rechazo natural en las personas), pero convencer mediante el uso queda mejor arraigado en la mente del usuario, que piensa en lo fácil y beneficioso que es usarlo.

¿Quiénes deberían usar el Petro?

Todo el país por supuesto, vendedores, compradores, banca, casas de cambio, servicios públicos y un largo etcétera de rubros que se va ampliando cada día. Pero esta respuesta es incorrecta, el Petro es un activo que desperdiciaría su potencial si solo se piensa que es algo que debe quedar para el uso interno de la Nación Venezolana, ¿por qué no plantearlo como una cripto a la altura y con la envergadura de otras criptos más populares? Competir con el BitCoin, que su valor sube y baja como una montaña rusa construida al azar al momento, mañana está así, pasado mañana de otra manera, si pierdes con el BitCoin pierdes demasiado a mi parecer y a pesar de ello, se usa como “moneda” de intercambio. Otras criptos van por buen camino, en el sentido del aumento de confianza en su uso para realizar transacciones; cuando se mencionan, Dash, Litecoin y, nuevamente, BitCoin, se entiende perfectamente que son de uso mundial, no se les relaciona a un país en específico y mucho menos de uso exclusivo de un conjunto cerrado.

Así que, ¿quiénes deberían usar el Petro? Ampliando la respuesta: Todos en todas partes del orbe. ¿Para qué? Para darle los mismos usos: compra y venta de bienes y servicios. ¿Por qué un asiático no puede adquirir Petros? Seguramente alguno sentirá la curiosidad de hacerlo, intercambiarlo por otras criptomonedas, adquirir de alguna forma algún producto fabricado en estas tierras. Si vivo en la Patagonia y quiero proteger mis pesos argentinos, cambiarlos a otras criptos para después refugiándolos en Petros, ¿puedo abrir una cuenta en PetroApp y operar en VEX? Actualmente no.

Potencial del Petro que a veces no vemos

Un criptoactivo con el potencial del Petro no debería tener una limitante de usuarios dentro de una frontera. Para todos los que observamos con atención la construcción de su ecosistema, no lo vemos como algo perteneciente a un sistema cerrado o semicerrado. Si pudiera viajar por todo el planeta y en cada punto percibo algún ingreso, la mejor manera de resguardarlo sería adquirir una cripto de uso masivo, pasarlo a VEX y de ahí a petros; pero hoy no puedo hacerlo, no solo por la pandemia que no permite hacer esos viajes, sino también porque no puedo acceder desde otro sitio para ello. Hay venezolanos en todas partes del mundo y algunos de ellos ya estaban usando VEX, pero ahora no pueden. Los beneficios del uso de VEX son un derecho de cada connacional; adicional a esto, no hay que arriesgarse a que personas de otras nacionalidades pierdan el interés que sienten en buscar una forma de proteger sus riquezas.

Aunque las autoridades actúan en pro de blindar la plataforma y tiene la intensión de ampliar su uso. Los usuarios de a pie, ¿qué no estamos viendo? Que el uso del criptoactivo venezolano a escala internacional es exponencial, un puñado de personas en otros países comenzaron a usar la plataforma VEX y si ven que les funciona (para invertir, comprar, vender o resguardar), entonces enseñarán a otros a hacerlo. Por otro lado, ¿puede un extranjero abrir una cuenta en PetroApp y operar en VEX? Pues debería poder hacerlo y quizás ese sea el siguiente paso.

“Los accidentes pueden frenar lo que estás haciendo en la vida, frenarla por completo, mientras que los incidentes pueden nutrir tus experiencias y hacerte tomar mejores decisiones”.

Recalco que las acciones actuales de los organismos encargados de las plataformas Patria, PetroApp y VEX son motivadas por la obligación del Estado de proteger a estas plataformas, brindando la mayor accesibilidad y seguridad posible; no existe un bloqueo en sí para el uso dentro de nuestras fronteras, VEX sigue funcionando sin problemas; a lo que quiero llamar la atención es a tomar en cuenta las potencialidades del Petro y cómo plataformas como esta son un gran atractivo para quienes residen en otros países (venezolanos o no), un recurso de inversión o de protección financiera.

El uso masivo del Petro a nivel mundial, ¿en qué se convertirá? Sin mecanismos viables para proporcionar un acceso seguro desde cualquier parte, ¿esto sería un accidente que frene el desarrollo del Petro? O en caso de que se provea una solución viable, contando con la visión más amplia de los encargados del Petro, y restableciendo el acceso a la plataforma VEX sin las restricciones ahora necesarias, ¿se logrará que sea el incidente que impulse el mismo?