Vicios comerciales (alevosía empresarial)

por | Dic 15, 2020

Cuando reseñan en las noticias algún delito, es común que se mencione que el crimen se realizó con premeditación y alevosía. La premeditación por supuesto hace referencia al carácter planificado del suceso, eso no pasó por casualidad, el delincuente pensó y repensó lo que iba a hacer. Pero en cuanto a la alevosía, seguramente sea un término cuyo significado desconozcamos; significa aprovecharse de la indefensión de la víctima; es decir, un acto alevoso se refiere a actuar de forma tal que la víctima es incapaz de defenderse, ya sea por la superioridad física del agresor, porque el perjudicado no esté preparado emocional ni psicológicamente o porque el criminal posee más poder económico, se mueve en círculos de influencia o cuenta con mayores recursos de carácter legal.

Yo tenía mucho tiempo sin salir de mi casa debido a la pandemia, por lo que mi experiencia con el trato que le están dando los comerciantes al consumidor había sido limitada. Por supuesto, había escuchado y leído sobre los abusos a los que se ve sometido el público; recientemente me atreví a salir a realizar algunas compras, encontrándome con la realidad de primera mano, llegando a la conclusión inmediata de que los “empresarios” han ido implementado muchos actos viciosos, actuando con alevosía con sus clientes. Aunque he de reconocer que me he encontrado también con locales comerciales con personal juicioso y razonable.

Uno de estos vicios alevosos es condicionar la venta de un producto o servicio, lo que se hace de varias maneras, ya sea obligando a adquirir “un combo” de productos combinados (para adquirirlo, debes llevarte este también); variando el precio dependiendo de la forma de pago (si es en efectivo, transferencia, divisas, criptos, no vale igual); calculando los precios de acuerdo a la inflación que se espera a causa del fulano “mercado” (el vendedor no sabrá justificar por qué el precio subió o subirá, aunque seas una eminencia en economía deberás conformarte con saber que el dólar aumentó y ya, no hay manera de aplicar la lógica); otra mala costumbre es no dar vuelto (si vas a pagar con ese billete de $10, tendrás que consumirlo todo, aquí no damos vuelto), o darlo pero en bolívares cuando pagas en divisas (claro, no en efectivo, sino por transferencia y al valor oficial).

Hay conceptos y costumbres económicas que los comerciantes han ido desechando, desmejorando de manera la atención al cliente; lo que más llama la atención, es que las empresas con mayor trayectoria son las que actúan así, llevando la batuta en dar el ejemplo de cómo todos los demás comercios deberían tratar a sus clientes, quienes se encuentran indefensos, ciudadanos que deben conformarse o aceptar ese trato sin poder reclamar, sin manera de hacer valer sus derechos; no hay protestas, ni boicots, ni multas que resulten efectivas ante el maltrato recibido; el comerciante alevoso hace de las suyas (en ocasiones chantajeando o sobornando a los funcionarios que a veces ven limitadas sus funciones); gerentes que no respetan la ley o “conocen a alguien”; dueños de negocios que ignoran las teorías económicas, se burlan del comprador señalando con el dedo al gobierno; es común que hasta el mismo usuario llegue a justificar sus malas prácticas; en ocasiones se hace desaparecer un producto, que luego verá la luz nuevamente cuando su precio aumente. Vicios comerciales everywhere.

En estas pocas salidas a comprar me llamó la atención lo siguiente: aquí en San Felipe, hay un sitio muy conocido por su comida rápida, tanto por el buen sabor como por su trayectoria durante muchos años, muuuuuchos años; fui a disfrutar de uno de sus platos, yo tenía un billete de $10, lo que iba a pagar era menos que eso, quien atendió me dijo que el vuelto se haría por pago móvil, le respondí que si le estaba pagando en dólares el vuelto debería ser en dólares; otra persona que atendía (no sé si con mayor autoridad) dijo en voz alta: “no vendemos entonces”, y dijo una gran verdad, ‘no vendieron entonces’ porque me fui sin comprarles; es que quien me atendió utilizó de manera altanera su posición de poder para condicionar una venta, quizás por el buen sabor de su comida, por su fama y prestigio; en ningún momento quiso negociar (algo que tradicionalmente, en cualquier país del mundo, todo comerciante hace), no se excusó diciendo, por ejemplo, que no tenía en ese momento dólares (que sería lógico ya que estaba comenzando la jornada de trabajo), simplemente pretendió que su cliente aceptara esos términos y condiciones; olvidó por completo que somos los clientes quienes le proveemos su sueldo y los que mantenemos a flote el negocio.

Ese mismo día, me dirigí a otro sitio donde había comido antes de comenzar la pandemia y a pesar de tener quizás un par de años de existencia, me ofrecieron alternativas por no tener el vuelto completo en dólares, negociaron y terminé pagando menos. Lo mismo me pasó en una panadería (con productos de muy buena calidad) donde me explicaron que debía gastar todo mi billete porque no daban vuelto; tampoco les compré, me fui al lado a una casa de familia donde venden café molido (artesanal); a pesar de ser un local informal, negociaron conmigo por no tener el vuelto suficiente en divisas.

Así que, mientras los grandes y medianos les están haciendo una guerra a sus propios compradores, aprovechando su indefensión; los pequeños comerciantes “rajuñan” con inteligencia para ganar dinero, sobreviven captando clientes que vienen decepcionados de otros locales.

¿Qué puede hacer un negocio para crecer en medio de la crisis?

Hay 3 estrategias que cualquier comercio modesto puede usar para hacer crecer su negocio en las actuales circunstancias:

  • Vender sus productos o servicios con la mayor calidad que puedan, sin trampas, ni alterando su composición o funcionamiento.
  • Trabajar en base a volumen de ventas (un poco más económico hará que tenga cada vez más compradores).
  • El trato al cliente, la fidelización es una costumbre que hay que recuperar.

Hacerle más fácil la vida a un cliente, golpeado por la crisis y los comerciantes, puede significar una gran diferencia a la hora de alcanzar el éxito: negocie, no condicione la venta, ofrezca alternativas si el cliente no puede obtener lo que busca; dígale: “en este momento no lo tenemos, pero tomaremos en cuenta su solicitud” y tome en serio esto último.

¿Cómo entra el Petro en la ecuación?

¿Qué otra cosa puede hacer un comercio modesto? En lo personal me doy cuenta de algo, aceptar petros como forma de pago es una gran oportunidad para los pequeños emprendedores. Los locales comerciales más robustos son como la liebre del cuento: altaneros, confiados, burlones; no se dan cuenta que su sistema de negocio se va a ir a pique si no se integran al ecosistema Petro (o si no se adaptan a la criptoeconomía en general); los pequeños empresarios somos los que mejor estamos preparados mentalmente para meternos en ese carril, como tortuguitas, a paso firme y constante; ya que nos sentimos menos seguros, porque no estamos sentados en un trono de dinero confiados por nuestras riquezas, no tenemos suficiente fama o una posición de influencia; más bien, tenemos el tiempo para aprender sobre el Petro y la necesidad de captar más clientes, de proteger nuestras inversiones, de lograr la estabilidad financiera mediante el uso de las nuevas tecnologías.

Cuando los grandes empresarios se den cuenta de la metida de pata que están cometiendo (legalmente criminal por lo de alevosía), nosotros ya tendremos rato usando el Petro. Como escribí en un artículo anterior, las autoridades están usando la estrategia de brindar las herramientas para trabajar con el Petro, no hay necesidad de imponer su uso por decretos y leyes (eso vendrá cuando muchas empresas y usuarios lo estén usando cotidianamente en sus transacciones); el ecosistema se está construyendo solito.

¿Es acaso difícil moverse en el Ecosistema Petro?

Respuesta corta: No.

Respuesta larga: Es necesario que usted conozca y use las siguientes herramientas:

  • Abra una cuenta en PetroApp.
  • Aprenda a intercambiar sus petros en VEX.
  • De a conocer su negocio ubicándolo en PetroMap.

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